John Fitzpatrick, Director del Laboratorio de Ornitología, se retira después de 26 años

Adaptado de la historia escrita por Scott Weidensal para Living Bird, Primavera del 2021. Lee el artículo completo

Este junio pasado, John Fitzpatrick se retiró de su puesto como Director del Laboratorio de Ornitología de Cornell tras 26 años de trabajo. Fitz, como se le conoce comúnmente, es un líder global y pionero en la investigación y conservación de las aves. Durante sus más de dos décadas de liderazgo, Fitz convirtió al Lab en una organización de clase mundial, reconocida por sus técnicas innovadoras en investigación, como la bioacústica, así como por sus programas en educación e involucramiento público. En el camino, Fitz ha apoyado la creación de iniciativas internacionales de conservación, como el Programa de Becarios para Soluciones Costeras.

La pasión de Fitz por las aves comenzó temprano en su vida. Nacido en Minnesota en 1951, descubrió el gusto por la observación de aves desde el jardín de niños. Asistió a la Universidad de Harvard, donde desarrolló su interés por la ornitología tropical y completó una tesis con honores sobre los papamoscas. Posteriormente, comenzó sus estudios de posgrado en Princeton, donde continuó su investigación con papamoscas en las remotas selvas de Perú, donde incluso descubrió varias nuevas especies de aves. Completó su doctorado en 1978 y tomó el puesto de curador e investigador en el Field Museum of Chicago, realizando varios viajes a Sudamérica. Después, Fitz conoció a su esposa en un viaje a Galápagos y decidió enfocar su investigación en la Chara Floridiana (Aphelocoma coerulescens), en la Estación Biológica Archibold y así formar una familia en Estados Unidos.

En 1995 le ofrecieron el puesto de Director del Laboratorio de Ornitología de Cornell, en ese entonces apenas una colección de edificios antiguos con unas cuantas docenas de trabajadores. La primer meta de Fitz fue aumentar los puestos de investigación en el Lab. Para el año 2000, su departamento de investigación ya incluía a seis profesores dirigiendo sus propios laboratorios. Su siguiente meta fue crear una sede para el Lab y en el 2003 se completó el Centro para las Aves y la Biodiversidad Imogene Powers Johnson. Uno de los sueños de Fitz fue traer nuevas

técnicas de biología evolutiva al Lab, y el nuevo Centro hizo esto posible. Con nuevos laboratorios y equipo de alta tecnología, los investigadores del Lab pudieron realizar mucha más investigación que antes. En el último año, el Lab publicó casi 150 artículos científicos revisados por pares.

Mientras desarrollaba la capacidad científica del Lab, Fitz también trabajó en hacer que los recursos del Lab estuvieran disponibles para investigadores y entusiastas de las aves en todo el mundo. Poco después, el proyecto eBird lanzó un app y una plataforma en línea que le permite a los observadores de aves organizar sus registros y contribuir sus datos a la ciencia. Estas iniciativas en línea han sido un increíble éxito, y hoy más de 100 millones de observaciones de aves se añaden a eBird cada año. Fitz también apoyó el crecimiento de muchos otros proyectos de ciencia ciudadana, como la iniciativa Contando Aves en Comunidad (Great Backyard Bird Count) y el Proyecto FeederWatch, que han empoderado a personas de todo el mundo a descubrir la vida silvestre que los rodea y realizar contribuciones reales a la conservación.

Durante su increíble carrera, Fitz ha balanceado múltiples roles. Además de fortalecer el crecimiento del Lab, ha contribuido sus propias investigaciones sobre la Chara Floridiana (ha estado en el campo cada año, excepto en el 2020) y ha sido mentor y ha apoyado a una gran cantidad de investigadores jóvenes. Fitz también ha sido una líder global para la conservación, alzando la voz en temas como la revocación del Acta del Tratado sobre Aves Migratorias en Estados Unidos y creando conciencia para los retos que enfrentan las aves amenazadas. En el 2018 escribió un editorial en el New York Times sobre la crisis de extinción que enfrentan las aves playeras, identificándolo como la principal crisis de conservación que enfrentan las aves en el mundo hoy en día. Su preocupación por las poblaciones de aves playeras lo llevaron a apoyar el lanzamiento del Programa de Becarios para Soluciones Costeras en el 2019.

A lo largo de los años en el Laboratorio de Ornitología, el lema de Fitz fue “No tenemos miedo de cometer errores y aprender de ellos”. El enfoque de Fitz motivó a sus colegas y estudiantes a dar vida a sus ideas, sin importar lo imposible que parezcan. Este espíritu innovador y optimista, que ha estado detrás de gran parte del éxito del Lab, permanecerá como parte de su legado. Fitz deja el Laboratorio de Ornitología con un futuro brillante, mientras se retira para dedicar

más tiempo a su trabajo artístico, viajes y proyectos de investigación. Sin duda alguna, Fitz seguirá siendo una inspiración no solo para sus colegas, sino para los observadores de aves y conservacionistas de todo el mundo.