María Schoenbeck  

Fotografía de la becaria María de los Ángeles Schoenbeck.

Ecosistemas resilientes en armonía con el desarrollo sustentable y las aves playeras

Sitio del Proyecto: Monterrico-Hawaii, Guatemala 

Sector: Academia

Disciplinas: Manejo de Recursos Naturales, Ornitología, Hidrología, Ingeniería Costera 

Colaboradores: Centro de Estudio Conservacionistas (CECON), Universidad de San Carlos; Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP); Instituto Nacional de Bosques (INAB); Asociación de Rescate y Conservación de Vida Silvestre (ARCAS); Consejo Comunitario de Desarrollo (COCODE). 

Maria Schoenbeck es bióloga de la Universidad de San Carlos en Guatemala, actualmente completando su maestría en ciencias costeras y marinas de la misma universidad. En el 2016 comenzó a trabajar con monitoreo biológico, especialmente con aves de diferentes zonas de Guatemala. María ha estado involucrada en la protección de la zona marino-costera de Guatemala y del Arrecife Mesoamericano con distintas organizaciones no gubernamentales, academia y dependencias de gobierno. En el 2019, obtuvo una beca del Programa de Liderazgo del Sistema Arrecifal Mesoamericano (MAR) y es actual miembro de la Alianza para Océanos Sostenibles (SOA). 

Esta propuesta considera que el manejo sostenible del ecosistema del manglar en Monterrico-Hawaii es clave para incrementar la resiliencia costera contra el cambio climático. La costa del Pacífico de Guatemala está amenazada por el desarrollo desregulado, afectando a los manglares del Corredor Monterrico-Hawaii, principalmente por actividades económicas como las fincas de sal y camarón, el turismo, la tala de bosques, y la constante expansión de la frontera agrícola. Más de 20 especies de aves playeras han sido reportadas en esta zona, incluyendo al Chorlito Nevado (Charadrius nivosus), categorizado como “casi amenazado” por la UICN.  

Mapa de Centroamérica mostrando la localización del Corredor Monterrico-Hawaii en la costa de Guatemala.
Localización del Corredor Monterrico-Hawaii en la costa de Guatemala.

Para proteger este sitio, María y sus colaboradores trabajan en el diseño e implementación de estrategias inclusivas con las comunidades locales bajo el enfoque de Soluciones Basadas en la Naturaleza, generando un marco de gobernanza al mismo tiempo. Adicionalmente, María está liderando un plan para la restauración eco-hidrológica de los ecosistemas prioritarios de manglar, para incrementar la conectividad y resiliencia de la región. Este proyecto también incluye el diseño de un plan piloto para crear mecanismos de conservación en sinergia con las iniciativas existentes, incluyendo incentivos forestales por medio de pagos por los servicios ecosistémicos y el aviturismo comunitario. 

María de los Ángeles tendrá como mentora a Ana Morales, quien cuenta con una maestría en gestión ambiental con énfasis en la conservación y manejo de recursos naturales. Ana tiene más de 15 años de experiencia trabajando en iniciativas de conservación a lo largo de Guatemala, y es la actual coordinadora de la Reserva de Usos Múltiples de Monterrico en el Centro de Estudios Conservacionistas (CECON) en la Universidad de San Carlos. También ha sido asesora para el Ministerio del Ambiente en la implementación de la Estrategia Nacional de la Biodiversidad (NBSAP), coordinando actividades con todos los sectores involucrados en la implementación de la estrategia. Ana apoyará a María de los Ángeles en el diseño e implementación de soluciones basadas en la naturaleza e incorporando las estrategias de conservación y restauración dentro del plan de manejo de las áreas protegidas. 

El colaborador inter-sectorial es Román Canul, ingeniero civil con un doctorado en hidrología e ingeniería costera, y becario del programa de Soluciones Costeras, generación 2020. Román ha liderado proyectos de investigación costera en México, incluyendo la caracterización de las dinámicas geomorfológicas, el análisis de la vulnerabilidad climática, y el diseño de las estrategias de restauración eco-hidrológica para distintos humedales costeros. Otros colaboradores de este proyecto incluyen al Consejo Nacional de Áreas Protegidas en Guatemala (CONAP), al Instituto Nacional Forestal (INAB), la Asociación para el Rescate de Vida Silvestre (ARCAS), y el Consejo de Desarrollo Comunitario (COCODE).